Este bien pudiera ser el caso hasta ahora mils

peligroso y complicado de Kinsey Millhone. E1

nombre de la vfctima era Parnell Perkins y hasta

muy poco antes de medianoche habfa sido gestor

de reclamaciones de la compafifa de seguros La

Fidelidad de California, para la que tambi~n tra-

baja a veces Kinsey. Luego, alguien le peg6 un

tiro y lo dej6 tieso. Kinsey habfa ido alguna vez

de copas con Parnell y no le habfa parecido un

mal tipo. Aun asf, si dependiera de ella, no se ha-

brfa metido en los lfos en los que una tal Bi-

bianna Diaz, cuyo nombre figura en los archivos

de Perkins y que teme por su vida porque nadie

se cruza impunemente en el camino del manfaco

Raymond Maldonado, parece empefiada en

arrastrarla. Pero la vida nunca es tan simple y a

Kinsey le molesta dejar sin mils a un compafiero

en la cuneta y a un asesino suelto por el mundo.